martes, 20 de diciembre de 2011

Camino de Santiago Etapa 1 - Toulouse- Giscaró

   Primera etapa. En este día nos desplazamos a la ciudad de Toulouse desde Barcelona atravesando los Pirineos .Lo hicimos en tren y con bastante comodidad. Al llegar a Toulouse encontramos una ciudad acogedora con puestos en la calle y un casco histórico lindo. Una vez allí recogimos las credenciales en una oficina que tienen destinada a los peregrinos del camino de Santiago. Dicha credencial será nuestro "salvoconducto" que acreditaría nuestro viaje al llegar a Santiago. A la mañana siguiente iniciamos la etapa saliendo de la ciudad y nos encontramos con los hangares gigantes de Airbus en ese tiempo ya andaban fabricando el Airbus A380,un avión de 2 plantas y actualmente el más grande de los vuelos comerciales (este verano lo pudimos probar). La cola no cabía en dicho hangar: ¡una pasada!. 


   Tras salir de esa zona cruzamos un bosque al que le dimos un par de vueltas. De ahí un campo de girasoles y continuamos avanzando. Pasamos por varias colinas cultivadas, de trigo y junto a pueblitos pequeños.Pintaba muy bien aquello. Habíamos planificado una etapa corta para ir haciendo piernas , para irnos adaptando para las próximas etapas. Al final de los 35 km iniciales haríamos 90, nada, para adaptarnos...uf. Fueron mas vueltas de las que pensamos al bosque. 


Pero la odisea del primer día no acaba ahí. Al llegar a la Gîte (alojamiento de peregrinos) no vemos a nadie por allí la casa de estilo rústico antiguo preciosa y muy grande, pero allí no había nadie. Sentados en la terraza nos fijamos que había una nota en la puerta:" Hola peregrino, no estamos,pero sírvete de ducharte y tomar algo que en un rato venimos". Evidentemente esperamos, nos daba cosa entrar, pero aparecieron ¡a la hora y media!. 









Estaban acostumbrados a reservas previas y no al estilo español de sobre la marcha. Aún así nos alojaron en la zona de huéspedes en buhardilla de madera, toda para nosotros. Una vez alojados y tras la ducha bajamos a preguntar por un bar cerca para ir a cenar en el pueblo. Nos dicen ¡no, no hay nada! Y en el siguiente pueblo..¡tampoco! Desolados pensamos: tras 90 km cenaremos barritas y sales......ufff. Con las barritas en la cama y mirándonos con cara de ¿Quién empieza la tortura? ...oímos que la señora nos ofrece pasta, con una salsa de tomate, pimientos y atún y luego para redondear nos ofrece pastel de chocolate...en esos momentos si el Cielo existía era aquello. Ese plato de pasta no lo olvidas nunca. Tras la cena ,el marido,que era granjero,se puso a conversar con nosotros amigablemente y al final la velada fue genial. 


Ese día te vas a la cama pensando: no sé cuántas personas habrían hecho lo mismo por ti, pero ellos lo hicieron y te das cuenta de que todavía hay personas que sin conocerte de nada, pueden hacer cosas impagables.

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