Como ya indicamos en la etapa anterior, el camino cambia desde que entras en el tradicional camino "francés". Más gente, más lugares preparados y hasta más entretenido, dependiendo de los gustos. Hay quién prefiere ir solo/a empapándose de todo lo que va viendo y otros que les gusta estar de palique con los que va conociendo por el camino, o un poco de todo.
Los chicos con los que vamos Fran y Mario se ve que les encanta la MTB y también el cachondeo así que a parte de disfrutar de los paisajes estamos mucho rato con la sonrisa en la cara. Hacemos paradita para almorzar y previamente se nos unen 2 chicos más de Cataluña. Ya somos 6 y parece que nos conocemos de toda la vida. Continuamos la marcha y va cayendo el día unos para delante otros para detrás, pero vamos juntos y de palique por el camino. Ya tocaba recogernos así que hacemos parada en Ventosa. Allí el alojamiento era escaso así que nos quedamos en el ayuntamiento repartidos por diferentes salas para dormir con nuestros sacos. Previamente tras la ducha de rigor cenita en una restaurante cercano, con buena sobremesa y al rato al sobre.
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